Amistades Peligrosas, el pop inteligente de la vieja escuela

No sé si fue en el Motoclub de la calle Benéfica, junto a aquella cabina de teléfono londinense colocada junto a la barra, cuando muchos escuchamos los primeros temas de Amistades Peligrosas, y allí era de ver cómo se disparaban las feromonas entre la chavalada.
Lo tenían todo para triunfar. Ellos, loquitos por Cristina; ellas, suspirando por Alberto, claudicando todos a aquella revisión popera de Pimpinela, que al poco evolucionó en un elegante duelo sexual y después se refinó en una soberbia capacidad compositiva sobre la base de unos arreglos musicales medidos al milímetro.
Único en la historia del pop español, el dúo original formado por Cristina del Valle y Alberto Comesaña ha trascendido por la elegancia con que abordaron la tensión sensual, tan lejos de la chabacanería bachatera imperante ahora, y por el carácter pionero en el compromiso social, prácticamente barrido de la radiofórmula.
Temas como la sexualidad, la igualdad, la violencia machista, el aborto o la crisis migratoria han surcado los vinilos de una agrupación que supo madurar, adaptarse a los sonidos del momento e incluso atreverse con el mestizaje, sin perder sus señas de identidad.
Ahora, tras los vaivenes de una relación tormentosa, Alberto y Cristina vuelven a reformular el dúo que todos recordamos, y el público del Puertollano Winter Festival tendrá el privilegio de reencontrarse con ellos en toda su esencia. Quizá ya pasaran para algunos aquellos tiempos de pelar la pava en los portales de la calle Numancia, pero nunca viene mal liberar tensiones con este pop, tunante e inteligente, de la vieja escuela.

Santos González Monroy - @santosgmonroy
Periodista y editor de www.miciudadreal.es