Nacha Pop y los lugares de los 20 años
Hay grupos y canciones encadenados a nuestra ruta sentimental, y da igual la edad y la generación, tenga uno 20 o 60 años, sea millennial, prejubilado del baby boom o mediopensionista.
Nacha Pop sigue siendo ese grupo que se ancla en la conciencia como una araña de hipnótica belleza que compone la música incidental de la película que todos filmamos con nuestros sueños.

Escuché por primera “La chica de ayer” en Puertollano, en la legendaria Quinta Avenida que abría los domingos a la hora de las cañas.
Fue un encuentro tardío con aquella canción, que ya tenía sus años, aunque con el grupo aún en la cúspide de su genio, en la primavera de 1987, y desde entonces el soberbio tema del desaparecido Antonio Vega se retuerce como un agujero de gusano hacia algún lugar del pasado. De nuestro pasado.
Escuchamos “La Chica de ayer”, “Lucha de gigantes”, “No se acaban las calles” o “Vístete” con el desasosiego de quien olvida el equipaje de la dicha en un andén extranjero. Probablemente fuera así, y dejáramos parte de la felicidad varada en aquel viejo paseo de San Gregorio, en aquella ciudad brutal, casi un escenario ciberpunk de chimeneas, tuberías, crestas y melenudos.
Es fácil encontrar la ventura en los recuerdos y lugares de los veinte años, y más si suena “Lucha de gigantes” en Quinta Avenida, en Moto Club, en Nausicaa o en Babalú, o mientras mirábamos furtivamente a aquella morenita descarada de una fiesta de primavera, compartiendo sonrisas compinches de amigos que idolatran a una ronda de cervezas con la camaradería medrosa de quienes temen por su futuro. A estos lugares regresaremos, de mano de Nacha Pop, el próximo 26 de marzo en el Puertollano Winter Festival.
Santos González Monroy - @santosgmonroyPeriodista y editor de www.miciudadreal.es